sábado, 30 de agosto de 2008

"PROESÍA EBRIÓTICA", Por Lady Pepa



SOBAOS DE TANGOS


tener frío en los pies no es suficiente cuando deseas recorrer la montaña, pasear por la playa en invierno, calarte hasta los huesos y más allá, enseñar tus dedos estirados por las caricias.
el día que salimos, el frío también reinaba en el sur, y era ese frío el que empujaba, te inquietaba por dentro, te poseía. fue este frío el que me inició en la búsqueda, búsqueda que aún no sabía que lo era.
tienen fama de troleros, liantes y mujeriegos, largos con la palabra y escasos en sentimientos, deseosos sin deseos, y de grandes reposteros, analizadores de sueño y desmontadores de almas, escuetos con lo que dan y ambiciosos con lo que toman...pero que más da.
muchas mujeres con risa, que no pecan si están fuera y que a pesar de los días, las noches no se la pierden. todas perfumadas, maquilladas y vestidas de domingo para un lunes ordinario. yo no tanto, por fuera como por dentro. me sentía llena de libertad, cuajada de seguridad y sincera con mis ojos. me gané el liderazgo del grupo. 
cuando caminas de noche por aceras mojadas y nuevas notas como si te acechara el destino. el nuestro fue aquel bar, pequeño y de madera. con una sola mesa arrinconada, reciclada para cansadas, fugitivas, tristes o mironas. reservada por él para contralarlo todo y con hombres en la barra.
echaste un gran vistazo, pusiste el anzuelo en todas, y todas cayeron. cada una con sus armas. 
la de la risa, con dientes casi perfectos y ojos de 'me dejaré hacer todo lo que tu quieras'.
la de yo no quiero, no me invistes a otra copa, yo no bebo en vaso ajeno
la de no me importa de segundas, cuando vuelvas búscame
la que esconde sus encantos en tallas más pequeñas para engrandecerlas de caza, que devora
...ella. la que cuando él miraba, ensaltando la caña, apuntaba todo eso. por edad fue todas ellas y ninguna deseaba ser ahora. quería también disfrutar de la pesca, ayudarle con el cebo, descubrirlas.
todo sobre la mesa. cada jugadora con sus cartas, las suyas y las mias escondidas.
intensa partida. aquella explota la sonrisa inocentemente cargada, la otra el 'a mi no', ésta apuntando sus pechos y la última paseando sus deseos por el filo del vaso...yo bailando. atrayendo a aquellos rostros de barra, metiéndolos en la faena. divertido, muy divertido.
ahora él desarmado, deseando lo que otros empiezan a poseer, queriendo bailar el tango a cualquier precio. 
cerramos el bar sin terminar la jugada. nos llevó a todos. jugadoras descubiertas, los donjuanes añadidos, su tango sin terminar y a mí, disfrazada con mis medias de costuras.
enfrentamos nuestras cartas, destapando los faroles, desnudándonos de las palabras y jugando con las manos. como en ese baile, me arrastró hacia la puerta. cartas en el suelo frío y mojado, ases inútiles borrados por el deseo.
fumamos y nos miramos, estiramos nuestros miembros sólo para el estribillo. tomastes en tus manos mis nalgas, bien apretadas, apuntadas hacia tu sexo, insolentes y jugosas, aquellas que antes ellos miraban y que ahora eran tuyas. su mano empezó a acariciar mi pelo con una suavidad que sospechas amenazas. una mano apretando mi cabeza, otra con sus dedos en mi boca suplicando algún mordisco y tu sexo empujando para abrir hueco. 
sólo olor. sin mi boca, ni mis manos. melodía de gemidos, acallados por la lluvia.
nos separamos...
con hambre de
...mis ojos y mis palabras. 
para desnudarte sólo tengo sobaos en casa.

Lady Pepa.

martes, 19 de agosto de 2008

LARGO INVIERNO DE COPAS Y AMIGOS



Para mis colegas todo el año es vacaciones. No se amedrentan por el frío, la gélida humedad de febrero o el Poniente riguroso. En habiendo cerveza y pitillos salen a la calle y toman un banquito de El Almacén hasta altas horas de la madrugada. Mané interpreta música para trompeta sin trompeta y los demás hacemos el Great Power en marcha de Semana Santa. Gabi, Carmen y Adán tocan la guitarra cantando a Triana, y Salas narra su última hazaña en kayak hasta el Barco del Arroz. El Gallina cuenta chistes que nadie entiende y Ancela sale a la calle buscando farra con las transeúntes reprimidas y egodistónicas:
- ¡No se puede ser tortillera y católica, hay que elegir…- les increpa.Y pasan las estaciones. Y llegan nuevos turistas, nuevos viajeros, navegantes arrastrados por la marea o el Terral africano o el viento Norte. Y nosotros, los mismos, más viejos pero igual de borrachos, tomando la vida sorbo a sorbo sin prisas ni pausas ni lutos ni sentencias. A punto, casi, de tocar con las yemas de los dedos la felicidad, sin acosarla, vivimos la sencilla alegría cotidiana de seguir siendo amigos y de tenernos los unos a los otros. Todos volvemos al remanso caótico de la noche infinita. Estos son mis amigos y los quiero: Viva La República Arrabalera.
Fdo.: Josegura

viernes, 8 de agosto de 2008

UN MOJITO EN EL ALMACÉN



¿QUÉ ES EL MOJITO?

El Mojito es un un popular combinado originario de Cuba, compuesto de ron, azúcar, lima, hierbabuena y agua con gas.

HISTORIA Y RECETA DEL MOJITO CUBANO

  • El mojito es un cocktail de origen cubano que en los últimos años está de moda en todo el mundo. Fue creado en La Bodeguita del Medio, uno de los bares más frecuentados por los turistas en pleno corazón de la zona colonial, muy cerca de La Catedral de La Habana. Si eres de Salamanca te puedes tomar un mojito riquísimo en La Cubanita. Y si eres o vas a Sanlúcar de Barrameda puedes tomar un buen mojito en “EL ALMACÉN” un bar antiguo situado en el centro de la ciudad, en Calle Regina, 16. Allí Carmina o Ancela te pondrán uno poderosísimo...

-En una copa grande, una ramita de hierbabuena fresca.

-1/2 de lima troceada y una cucharada de azúcar moreno.-Con un mango de un mortero o algo similar machacar suavemente el fondo del vaso sin romper la hierbabuena.

-Llenar las 3/4 partes del vaso o copa con hielo picado.

-Echar una copa de ron añejo y terminar llenando con Ginger Ale.
-Con un palito o pajita agitar de arriba a abajo ligeramente para que salga espumita.

-Decorar con una ramita de hierbabuena y servir con pajita.

-Desnudarse y llevarlo a la barra o a tu mesa...


Cada uno tiene su método, por lo que aquí tienes otras opciones para adaptar el mojito a tus gustos personales: Sustituir el azúcar moreno por azúcar normal y la lima por limón. En vez de añadir lima o limón troceado se puede echar el zumo del 1/2 limón o lima.
Cambiar el Ginger Ale por soda, tónica o agua mineral y el hielo picado por cubitos de hielo. Se puede utilizar ron añejo o blanco en mayor o menor cantidad según tu gusto.


CURIOSIDADES

El mojito también es muy conocido por ser una de las bebidas favoritas de Ernest Hemingway. Durante sus largas estancias en Cuba, el escritor comentaba siempre: “Mi mojito en La Bodeguita y mi daiquiri en el Floridita".

La Bodeguita del Medio es un típico restaurante de La Habana (Cuba) y uno de los grandes lugares turísticos de la ciudad, por donde han pasado numerosos visitantes, desde escritores a políticos. Todos ellos dejan su huella en el local mediante algún recuerdo, fotos, objetos o grafitis en sus paredes.
En sus salas se puede disfrutar del ambiente típico cubano, con s gastronomía, sus tabacos y su música; que recogen toda la esencia de la tradición.
Bebida predilecta de Pepe “El Cartero”. De sus persistentes viajes a Cuba se ha convertido en su bebida favorita. En Sanlúcar de Barrameda en " El Almacén" se los toma como si estuviera en La Habana.
¿Quieres probarlo?
VEN A " EL ALMACÉN", Contigo desde 1888.
Carmen Álvarez

martes, 5 de agosto de 2008

LA FOTO DE LA SEMANA

viernes, 1 de agosto de 2008

"MÚSICAS DEL ALMACÉN", por Juan Antonio Gallardo

UNA NOCHE DE INVIERNO CON ALAN BIKE
Teníamos un contrato para actuar con el grupo en un boliche infame, pedimos una cantidad ridícula, más o menos la cuarta parte de lo que cobra un monologuista capullo contando tonterías pretendidamente modernas y graciosas. El dueño del boliche, un bigotudo barrigón que hace décadas iba de libertario y ahora va de liberticida, fuma puros y tiene cuenta en un puti club del Puerto de Santa María que llaman Don Tico, me hizo con el dedito el signo universal de la negación absoluta y me dijo que de eso nada, que por esa pasta, tenía a cuarenta peripatéticos grupos lolaílos flamenquitos con voces de comparsa cagada, que además no beben la cantidad de cuba libres que consumen algunos de los miembros de la Banda del Malandar, sobre todo tú , me espeta el majarón, que no tienes ya edad ni para beber tanto ni para fandanguear por ahí, por las peliagudas noches del rock and roll pueblerino, termina diciendo el hijoputaempresariodelocalesnocturnos.

Esta noche de viernes me han dejado solo, porque está llegando el invierno y hace mucho frío y no vamos a estar todas las noches por ahí, que ya tenemos unos años y patatín patatán.

Total, que me he tirado solito a la calle, con esta chupa de cuero que yo quiero que me identifique como rockero rancio y al final termina uno teniendo pinta de maestro de instituto.
Por la calle del Almacén, porque: ¿dónde va a ir uno como yo una noche de invierno a tomar una copa sin que le incomoden las miradas de los atléticos canis, que ven a un secreta en todo aquel que tenga más de treinta años? Por la calle del Almacén, decía, suena, sincopada, una guitarra de blues.

Me asomo a la puerta y el local está lleno, no veo al guitarrero pero escucho como arpergía y sordea con su mano derecha y de pronto sale un negro cantando. ¡Ah!; un efluvio sureño me llega y el negro que canta y toca la guitarra con exquisita avaricia me quita las penas del corazón con su música maravillosa.

El negro no es tal. Es blanco como Tom Waits y blanco también como Jonny Winter, pero canta con ese misterio que a veces posee a los cantantes blancos. El cantante y guitarrero se llama Alan Bike, y entre canción y canción nos cuenta como los viejos bluesman , historias no menos legendarias.

Me gusta el blues, su quejido y su compás, su jeroglífico de seis acordes siempre enigmáticos, su técnica guitarrera; me gusta el slide , violentando con su anarquía los fundamentos de la afinación, convirtiendo a la guitarra en un violín macarra.

Me gusta el blues que canta Alan Bike, me gustan esas notas que se estiran, esos dedos que se deslizan suave y categóricamente por los caminos pentatónicos del mástil de una guitarra, me gusta Alan Bike murmurando la melodía a la vez que la toca con sus manos, inmiscuido en la música que brota y que va creando este negro tan blanco, con cara de diablillo pelirrojo sátiro y burlesco.

Me quedo pensando y agradecido a las chicas del Almacén porque han creado esta hermosa costumbre de llenar de música las noches muertas y horteras de esta ciudad.

La noche era de invierno, no llovía como en la copla a chaparrones, pero hacía un frío tan húmedo que parecía de uno el frío, no del aire ni del viento.

Me meteré en la cama y Alan Bike se pondrá a mecerme con alguna negra nana, triste y amarga…como si yo fuera un chiquillo y él un patriarca negro de Alabama...

JUAN ANTONIO GALLARDO