ANCELA Y MUCHATELA
Hay una música que prestigia su trayectoria en el aburrimiento; cuanto más bosteza el público que es ajeno a la petulancia y al esnobismo, mejor se considera a sí misma esa música.
Hay otras músicas que se escriben o interpretan exclusivamente para otros músicos, en una suerte de endogamia muy parecida a la que sufre la poesía, que se ha convertido en un escrutinio patético entre poetas y en un sorteo , casi siempre viciado, de premios y flores naturales en forma de cheque bancario.
También hay otra música donde el virtuosismo raya en la extravagancia, y los ejecutantes, guitarristas, bajistas, bateristas y trompeteros, montan su número circense y se enrolan en la alta velocidad digitando, soplando y resoplando exhaustos, como paranoicos del sonido.
Pero hay también una música que busca la complicidad y la comunicación, que vive tranquila las excelencias que la rodean y se conforma, esa música, con la canción. Que se vertebra sobre cuatro o cinco acordes y que se pone, así tranquilamente, a contar historias que serán las historias del amor y sus demonios, de la amistad y sus contrarios, de la s cosas, en fin, pequeñas y grandes con las que cada día vamos viviendo las personas.
Así son las canciones que Ancela interpreta y reinventa cada vez que sube a un escenario con los tres pájaros que la suelen acompañar, a saber: Rafa, el exquisito, Javi Gallardo, el rockero de la mano larga, y “Corba” el discreto , que se atrinchera en un rincón del escenario desde el que algunos sospechamos que hasta bailotea dulces boleros cuando nadie le ve.
Hay otras músicas que se escriben o interpretan exclusivamente para otros músicos, en una suerte de endogamia muy parecida a la que sufre la poesía, que se ha convertido en un escrutinio patético entre poetas y en un sorteo , casi siempre viciado, de premios y flores naturales en forma de cheque bancario.
También hay otra música donde el virtuosismo raya en la extravagancia, y los ejecutantes, guitarristas, bajistas, bateristas y trompeteros, montan su número circense y se enrolan en la alta velocidad digitando, soplando y resoplando exhaustos, como paranoicos del sonido.
Pero hay también una música que busca la complicidad y la comunicación, que vive tranquila las excelencias que la rodean y se conforma, esa música, con la canción. Que se vertebra sobre cuatro o cinco acordes y que se pone, así tranquilamente, a contar historias que serán las historias del amor y sus demonios, de la amistad y sus contrarios, de la s cosas, en fin, pequeñas y grandes con las que cada día vamos viviendo las personas.
Así son las canciones que Ancela interpreta y reinventa cada vez que sube a un escenario con los tres pájaros que la suelen acompañar, a saber: Rafa, el exquisito, Javi Gallardo, el rockero de la mano larga, y “Corba” el discreto , que se atrinchera en un rincón del escenario desde el que algunos sospechamos que hasta bailotea dulces boleros cuando nadie le ve.
Javier Gallardo, guitarra eléctrica.
Rafa Fortes, guitarra acústica.
Los cuatro componen MUCHATELA, pero es Ancela con su fuerza y su carisma sobre la tarima, la que maneja los hilos que en forma de canciones, tantas veces, tantas noches, ha conseguido hechizar a la concurrencia.
Yo he visto a muchas personas sentirse fugazmente felices, mientras Ancela cantaba sobre el mínimo escenario del Almacén. Con eso, un artista ya puede estar satisfecho. El carisma se demuestra cantando y a la cantante de MUCHATELA, le sobran carisma y tablas.
Su voz que suena como un huracán de hembra poderosa que, a veces, se aterciopela para que bailemos agarrados y agarradas una balada hermosa, en la que se percibe el buen gusto como compositor de Rafa Fortes y el cuidado que han puesto ambos a la hora de dar forma a tantas canciones que, al menos en el Almacén, bajo los efectos del humo y las substancias, sumidos en la alegría de encontrarnos todavía por estos arrabales canallas de la madrugada, se han ido convirtiendo en himnos .
Yo he visto a muchas personas sentirse fugazmente felices, mientras Ancela cantaba sobre el mínimo escenario del Almacén. Con eso, un artista ya puede estar satisfecho. El carisma se demuestra cantando y a la cantante de MUCHATELA, le sobran carisma y tablas.
Su voz que suena como un huracán de hembra poderosa que, a veces, se aterciopela para que bailemos agarrados y agarradas una balada hermosa, en la que se percibe el buen gusto como compositor de Rafa Fortes y el cuidado que han puesto ambos a la hora de dar forma a tantas canciones que, al menos en el Almacén, bajo los efectos del humo y las substancias, sumidos en la alegría de encontrarnos todavía por estos arrabales canallas de la madrugada, se han ido convirtiendo en himnos .
Juan Antonio Gallardo, Julio 2008.
Muchatela actuando en El Almacén
2 comentarios:
Vaya detalle que has tenido con ellos Juan Antonio, esto sí que es compañerismo musical.
Besos.
Gallardoski dice:
¡ Vivan los compañeros!
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